
De la revolución sexual al fetish
El sexo, como todas las cosas, va cambiando, evolucionando, avanzando. Va por épocas, por
modas, por ciclos. Mucho ha llovido desde la revolución sexual de los años 60 (más tarde en España, por culpa de la dictadura franquista) y la liberación que supuso tanto para hombres y mujeres de la restrictiva moralidad, conservadurismo, puritanismo y machismo que hasta entonces había en la sociedad.
Desde entonces el sexo ha conocido diferentes etapas desde el inocente destape en el que se empezaba a ver con naturalidad un cuerpo (desnudo) femenino, hasta la democratización absoluta del mismo que ha traído internet, pasando por la experimentación y la ampliación de las miras de los que lo practicamos. Muy lejos queda ya el misionero con la luz apagada, ahora más bien es el momento del vamos a recrear esa escena que vi el otro día en pornhub y además nos vamos a grabar con el móvil.
50 Sombras de Fetish
Más libre, más abierto, más divertido, más salvaje, sin pelo, así es, más o menos el sexo de principios del siglo XXI. ¿Pero cuáles son las modas que mandan en las relaciones sexuales actuales? Bueno, son varias, el anal parece que cada vez está más asentado, el ciber sexo y también el sexo no emocional, y el uso de juguetes sexuales.
Pero sin lugar a dudas, el fetish y, paralelamente, el bondage, son prácticas cada vez más consumidas. Internet ha ayudado mucho a difundir nuevas formas de entender el sexo y, también, desde el cine, sobretodo aunque no únicamente, la película 50 Sombras de Grey ha desatado la locura por esta variante sexual. Pero sabemos qué es, por ejemplo, el fetish.
Qué es el fetish
Fetish es la palabra inglesa que nosotros llamamos fetichismo, que quiere decir, según la Wikipedia devoción hacia los objetos materiales, a los que se ha denominado fetiches. Y fetichismo sexual? Pues también según la Wikipedia, una parafilia que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un objeto fetiche, como una prenda de vestir o una parte del cuerpo en particular.
Como vemos, según esta definición, el abanico de posibilidades que se abre para que alguien se pueda considerar fetish es enorme porque prácticamente no existe límite, si te excitas con algo, lo que sea, puedes considerarte un fetichista de esa cosa. Y no será perjudicial para ti o para un tercero si esa fijación no acarrea ningún trastorno. El fetischismo más común en el sexo se da en la ropa fetish(la lencería es la reina), en los pies y el calzado, en el sexo a distancia (teléfono o internet), en los disfraces, el exhibicionismo, el sexo en sitios cerrados (ascensor), y el bondage y/o sadomasoquismo.
Ropa fetish, qué me pongo
Por lo tanto, si te sientes atraído por algo en particular, no te preocupes, disfruta. Y si quieres adentrarte en este mundo prueba, experimenta y déjate llevar. Si quieres nosotros te ayudamos proponiéndote ropa fetish y otros complementos que creemos imprescindibles para un buen fetish:
- Lencería: no hay nadie que se considere como tal que no se excite con un buen corset, un catsuit super erótico o unas medias con liguero súper sexys. Cómprate algo de ropa fetish ya o regálalo porque debes tener sí o sí.
- Esposas o ataduras: juega y descubre la parte más salvaje que llevas dentro.
- Fusta o látigo: has probado a darle un cachete en la nalga cuando lo est´´is haciendo? Pues prueba con estos artículos bondage
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