Trabajaba en una empresa muy pequeña. A muchos le parecería horrendo el tema del sexo en el trabajo, y ello implica que para hacerlo haya que estar con los pantalones bien puestos; pues les cuento que tras una ocasión en que mis jefes estaban un tanto perdidos en un viaje, osea que se fueron a pasear lejos de aquí, tuve la oportunidad de quedarme a solas con la secretaria, y eso hizo que después de muchos intentos pude disfrutar de estar con una mujer que desde hacía un tiempo me atraía mucho. Era mi compañera de trabajo, y tenía un cuerpo impresionante, grandes pechos, figura boluptuosa y cara de picara y entregada en el sexo.

sexo-oficina Nunca le había dicho nada, además de tímido, yo estaba totalmente dispuesto a estar con ella, era una de los mayores deseos en toda mi vida.
A mí follar siempre me había gustado mucho, y eso sólo estaba completando que no sabía cómo hacer las cosas bien.
Pues cuando se supone que debiéramos irnos de la oficina, cuando llegó la hora de cerrar, me armé de valor y le insinúe que quería follar con ella. Ella captó la insinuación y sólo tuvimos que irnos al baño y comenzar un momento que fue único. Comenzamos a follar. Y eso fue más que fantástico.
Allí empezamos a disfrutar como pocas veces puede ser, y eso fue más que una gran ayuda para vivir una experiencia de la que nunca nos olvidaremos.
Ella es una chica que de verdad me importaba mucho, y lo que hicimos ese día nos importó mucho, a ambos; los dos nos comenzamos a gustar quizás específicamente en el momento que empezábamos a estar solos en la oficina; ambos éramos buenos chicos, ambos éramos buenos empleados, por cierto los únicos empleados de la empresa, y no estaba mal que nos pusiéramos a disfrutar porque nos lo merecíamos. Era una forma de darnos por nuestra cuenta lo que nos merecíamos por ser buenos empleados.
Nunca lo olvidaré
Fue un subidón de adrenalina, adictivo incluso, y que sirvió para hacernos sentir más unidos de cómo antes habíamos estado.
Es una situación que de verdad nos hacía estar con las mejores experiencias que queríamos conseguir, no sé qué pasaba por la cabeza de esta chica, pero parece que sus hormonas en esta ocasión estaban más que calientes, y a ella parecía excitarle igual que a mi.
Lo más importante ante esto es que en el baño gozamos mucho, ella me chupó la polla, le chupé su rosado clítoris, y luego empezamos a experimentar sin pudor alguno. Para mi sorpresa, sacó un anillo vibrador para mi miembro, me lo puso y nos follamos con unas ganas inconmensurables, en ese preciso momento explotaron todas las ganas reprimidas que teníamos desde hace tiempo. Practicamos sexo en infinidad de posturas. A mi, la que más me gustó fué penetrarla por las espalda frente el espejo y ver su cara de placer. Cuando ya no pudimos más acabé eyaculando en sus preciosos pechos. Ella es una máquina follando, era lo mejor que me había encontrado en mucho tiempo, y para mí había sido una experiencia que de verdad fue sensacional, he tenido sexo miles de ocasiones, pero en esta ocasión con tan sólo gozar unos 20 minutos volví a nacer, y sólo recuerdo que fue una experiencia fantástica. Desde ese momento, la secretaria, cada vez que nos quedamos solos, viene con minifalda y sin braguita

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