
El punto más famoso
El punto G, esa zona amada y deseada, buscada y ansiada por todos. Ríos de tinta se han escrito sobre la zona más famosa y aun y así desconocida de nuestro sexo. No queremos escribir más paja sobre qué es y qué no es, ni dónde está ni dónde no está, y tampoco sobre cómo masajearlo o dejarlo de hacer para alcanzar el super mega orgasmo, ese clímax al que solo se llega por estimulación del punto más receptivo de tu cuerpo. Quizá por eso está bien escondido, quizá por eso la naturaleza lo puso en un sitio de difícil acceso, como si de un lugar mágico al que sólo se tuviese acceso después de escalar una peligrosísima montaña, para que la recompensa al alcanzarlo sea mayor, para que la satisfacción, aparte del orgasmo en sí mismo (maravilloso, único, explosivo, grandioso), sea haberlo conseguido mediante el acceso a ese lugar mágico al que es casi imposible llegar.
Un punto G diferente
¿Os imagináis que el punto G lo tuviésemos, yo que sé, las chicas en los pezones y los chicos en los testículos? Pues sería tan fácil estimularlos y alcanzar el cielo que nos iríamos tocando compulsivamente y sin importarnos en absoluto, como si adictos enganchados a dicha estimulación fuéramos, las tetas y los huevos. ¿Visualizáis la escena? Comprando, en el trabajo, en la universidad, en la playa, delante de tus suegros… A todas horas, en cualquier sitio, delante de quién sea. Porque el punto G es el punto G y como él no hay nada más, si lo habéis alcanzado, estimulado y logrado el famosísimo y desconocidísimo, al mismo tiempo, orgasmo que provoca ya sabéis de qué hablo. Vale, sí, estoy exagerando, pero un poco así sí sería, verdad? ?
Juguetes para el punto G
En lo que no exagero es en que el punto G es, cuanto menos, complicado de masajear. Dependerá del tamaño de tus dedos (o de tu acompañante) y de la pericia para saber qué tiene que tocar, cómo, etcétera. En la parte anterior, en la parte posterior, un poco arriba, un poco más, esa bolita, no, esa no, la otra, me estás haciendo daño, necesito lubricante… A quién no le hayan dicho o haya dicho en algún momento esas palabras mientras se iba en busca del punto perdido que levante las manos.
Por eso, para cuando se está solo o en compañía, da lo mismo, y se quiere alcanzar sí o sí el punto G y el mega super orgasmo y que tiemble el edificio entero, nada mejor que un buen estimulador especialmente diseñado para ello. Los hay de mil tamaños, formas, colores, texturas, materiales diferentes. Los hay que vibran y los hay que rotan, los hay para mujeres y los hay para hombres. Para todos, nadie se va a quedar sin su juguete para su punto G porque no encuentre el que más le guste o mejor se adapte a su cuerpo.
Sea el que sea os aconsejamos que lo probéis porque por mucho empeño que le pongáis, pocas cosas son tan eficaces como un juguete para estimular el punto G. Consigues llegar sin complicaciones, lo estimula correctamente, cómo tú deseas, el tiempo que te apetezca, sin daños, sin molestias, sin ningún problema (bueno, si eres un hombre, compra hazte también con un buen lubricante, por favor). Déjame, sin embargo que te aconseje un par, por si te animas y andas un poco perdido.
- El vibrador de la prestigiosa marca Rocks Off para ellas que estimula al mismo tiempo el punto G y el clítoris, alcanzando así la gloria, el cielo, las estrellas y el universo entero con el pedazo de orgasmo que vas a alcanzar con él.
- Y, el vibrador Naughty-Boy también de la marca Rocks Off para él, que te permite llegar sin problemas y darle un cuidadoso masaje para que te vuelvas loco.